Evolución histórica del ecosistema pampeano
(Antecedentes diagnósticos)
A fines del siglo pasado el paisaje pampeano cambió rápidamente ante la necesidad de mejorar la calidad de las carnes y mejorarlas acelerando el engorde, se mestizaron razas nativas con razas inglesas, se parceló la tierra mediante alambrados para controlar los cruzamientos y los rebaños. Los ecosistemas de pastizales nativos de gramíneas duras fueron reemplazados por gramíneas tierras y alfalfares de mayor productividad.
La provincia de Bs. As., si bien tenía gran cantidad de lagunas y arroyos, sufría periódicamente unos períodos de sequías denominados secas. El suelo que era pisoteado por el ganado luego, en los períodos lluviosos era lavado y se producía gran erosión puesto que había perdido su defensa natural que eran los pajonales que fijaban el suelo arenoso y pulverulento de esta zona que era estaba poblada de medanales y lagunas que se secaban y se inundaban periódicamente.
Después de los primeros asentamientos de los colonos se comenzó a cultivar las tierras.
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Los colonos inmigrantes se fueron estableciendo en las cercanías de las estaciones de tren fundadas a fines del siglo XIX. Mediante los trenes de carga se enviaba el ganado y los cereales al puerto de Buenos Aires. O'Higgins se fundó en 1886, la mayoría de sus habitantes trabajaba en tareas rurales en las chacras y eestancias vecinas o proveían de alimentos y enceres a los chacareros y peones del campo.
Los comienzos de la agricultura:
En la región pampeana la agricultura fue en sus comienzos, subsidiaria de la ganadería, en tanto que se descubrió que permitía liberar los campos vírgenes de malezas y pastos naturales de escaso valor forrajero en plazos muy breves.
Se comenzó a cultivar maíz y trigo. Las grandes estancias se parcelaron y dieron lugar a las chacras, muchos colonos inmigrantes se asentaron en la zona, formando poblaciones rurales donde se centraba la labor comercial. Así nacieron las localidades como O'Higgins. Viviendo gracias a las cosechas.
La expansión agrícola fue rápida, apoyada por las condiciones climáticas favorables. La tecnificación fue intensa. Para finales de los años veinte se utilizaba cosechadora mecánica para el trigo y sólo se cosechaba a mano el maíz.
Nuestros abuelos recuerdan aún lo duro de aquellas épocas.
Hasta la década del 50 todavía se cosechaba el maíz a mano y se almacenaba en trojas.
Primeras máquinas cosechadoras de maíz tiradas por
tractor (década del 40)
En
1960, se introducen gradualmente en toda la zona, las máquinas
cosechadoras, más rápidas y eficientes y más seguras para el
hombre, ya que evitaban el contacto directo con los rastrojos
donde se producía el mayor contagio del virus Junín.
Los silos reemplazaron a los galpones llenos de
bolsas de maíz y a las trojas que se llenaban de roedores.
Aparición de las plagas y su ecología
Desde el punto de vista ecológico la agricultura es una forma de simplificación extrema de un ecosistema, en tanto restringe su diversidad biológica a un mínimo de componentes: EL CULTIVO, SUS MALEZAS Y SUS PLAGAS. Representadas por poblaciones homogéneas.
Cuando se realiza la selección artificial de los cultivos, también se está seleccionando involuntariamente las malezas y las plagas que competirán o depredarán al cultivo. El ciclo biológico de las plagas va a coincidir con el del cultivo, a mayor cantidad de alimento mayor cantidad de depredadores y en los espacios que deja libre el cultivo, entre los surcos o cerca las alambradas, las malezas competirán con el cultivo.
Cuando se introduce especies invasoras en un ecosistema, éstas entran en competencia con las especies autóctonas, junto con los cultivos se introdujeron involuntariamente las malezas, por lo tanto el ecosistema pampeano tomó una nueva configuración, casi todas las malezas son invasoras, las especies autóctonas se restringen a las zonas de transición de lagunas, bañados, las pocas zonas vírgenes. Los consumidores primarios que se alimentaban de gramíneas, se vieron beneficiados al incrementarse artificialmente la producción de éstas, así las aves granívoras y los insectos herbívoros como los roedores y otras especies de pequeños mamíferos incrementaron sus poblaciones.
Fauna autóctona. Depredadores naturales del ratón colilargo
Los principales depredadores naturales son:
Mamíferos:
- gatos monteses
- zorros
Reptiles
- Boas (actualmente no existen en esta zona)
- Clelia (víbora negra) (extinta en la zona del noroeste bonaerense)
Aves
Inicios de la agricultura química
A partir del cincuenta se comienza a combatir las plagas del trigo y el maíz, la langosta y el pulgón principalmente. Se utilizaba DDT, Dieldrin y se dispersaba con tanques tirados por un tractor o más tarde por medio de aviones fumigadores.
Los pesticidas son sustancias químicas que se utilizan en la actividad agrícola para matar hongos, insectos o malezas. Destinados a matar, son necesariamente sustancias tóxicas. Según Brailovsky son sustancias utilizadas para provocar una cierta forma de contaminación deliverada, y por lo mismo inevitable. De ahí sus riesgos sobre el ecosistema y sobre la salud pública.
En 1874, el alemán Otman Zeider descubrió una sustancia química denominada DICLORO DIFENIL TRICLOROETANO o sea el DDT, cuyas propiedades insecticidas fueron descubiertas recién en el siglo XX.
Una de las primeras aplicaciones del DDT fue durante la guerra mundial, para combatir los piojos de millares de soldados, refugiados y prisioneros. Luego de la guerra, su uso se extendió a la agricultura junto con sus derivados: el Aldrin, Dieldrin y Endrin. Su fama creció y el hombre lo convirtió en la nueva panacea para solucionar todos los males: combatir plagas, parar epidemias, desinfectar. Pero como toda invención sintética, fue un arma de doble filo, pronto los insectos se hicieron resistentes y se hizo necesario aumentar cada vez más las dosis, siendo evidentes las consecuencias para los otros integrantes del ecosistema a los cuales no iba dirigido el tóxico, aves, insectos benéficos y hasta a veces el ganado y seres humanos padecieron sus efectos.
La efectividad de los
clorados como insecticidas se vincula directamente con su acción
contaminante, uno de los secretos de su eficacia es su
persistencia, continúa en el ecosistema durante largo tiempo.
Por sus características se acumula en las cadenas alimentarias y
sus efectos sobre la fauna silvestre son catastróficas.
Actualmente al DDT lo han prohibido en todos los países
desarrollados.
"La historia de la vida en la tierra ha sido un proceso de interacción entre las cosas vivas y lo que las rodea.
Sólo dentro del espacio de tiempo representado por el presente siglo una especie, el hombre, ha adquirido significativo poder para alterar la naturaleza de su mundo.
Los productos químicos se diseminan por los sembrados, o por los bosques, o por los jardines, se alojan durante largo tiempo en las cosechas y penetran en los organismos vivos, pasando de uno a otro en una cadena de envenenamiento y de muerte. O se infiltran misteriosamente por los arroyos subterráneos hasta que emergen mediante la alquimia del aire y el sol, se combinan en nueva forma que matan la vegetación, enferman al ganado y realiza un desconocido ataque en aquello que beben de los antaño puros manantiales.
La rapidez, la velocidad con la que se crean nuevas situaciones y cambios siguen al impetuoso y descuidado paso del hombre más que a la deliberada marcha de la naturaleza. La radiactividad ya no es meramente el producto de la emanación de las rocas, el bombardeo de rayos cósmicos o la luz ultravioleta del sol, que han existido antes de que hubiera cualquier forma de vida en la tierra : la radiactividad es ahora la antinatural consecuencia del entrometimiento del hombre en el átomo. La química, a la que la vida tiene que adaptarse, ya no se reduce a ser sencillamente el calcio y el silicio y el cobre y los demás minerales arrancados a las rocas por las aguas y arrastrados al mar por los ríos ; es la creación sintética de la inventiva humana, o obtenida en los laboratorios y sin contrapartida en la naturaleza.
El ajustarse a esta química requeriría tiempo en la escala de la naturaleza ; incluso si por algún milagro eso fuera posible resultaría inútil, porque los nuevos productos salen de los laboratorios como un río sin fin.
Desde mediados de 1940 se han creado unos 200 productos para matar insectos, destruir malezas, roedores y otros organismos calificados en el lenguaje moderno de " plagas" , y que son vendidos bajo varios miles de nombres y acepciones distintas.
Esos polvos, pulverizaciones y riegos se aplican casi universalmente en granjas, jardines, bosques y hogares... ; productos sin seleccionar que tienen poder para matar todo insecto, el " bueno" y el "malo" , para acallar el canto de los pájaros y para inmovilizar a los peces en los ríos, para revestir las hojas de una mortal película y para vaciar el terreno... aunque el pretendido blanco sean tan sólo unas cuantas malezas o insectos.
Los insectos han producido razas superiores inmunes a los insecticidas especiales, de ahí que tengan que emplearse otros más mortíferos... y después otros y otros.
El problema central de nuestra época se presenta por consiguiente con la contaminación del medio ambiente total del hombre por medio de tales sustancias de increíble potencia dañina, sustancias que, acumuladas en los tejidos de plantas y animales e incluso penetrando en la célula germinal, pueden alterar o destruir los mismos gérmenes hereditarios de lo que depende el porvenir de las especies.
Mucho antes de la era en que apareció el hombre, los insectos habitaban la tierra.
En el curso del tiempo, un pequeño porcentaje de más de medio millón de especie de insectos entraron en conflicto con el género humano de dos maneras principales : como competidores de los productos alimenticios y como portadores de enfermedades.
Dentro de poco veremos, que el método represión química en forma masiva tiene solo éxito limitado y que también amenaza con empeorar las verdaderas condiciones que se intentan resolver.
La naturaleza ha introducido gran variedad en el paisaje, pero el hombre ha desplegado verdadera pasión por simplificarlo. De este modo deshace el edificio de divisiones y de equilibrio en el que la naturaleza contiene en su límite a la especie.
Fuera del alcance de la mano moderadora de sus naturales adversarios que mantienen en inferioridad su número en tierra nativa, una planta o un animal invasores pues, no es por accidente por lo que nuestros más perturbadores insectos han introducido sus variedades.
La cuarentena y las campañas químicas masivas son sólo maneras carísimas de perder tiempo.
Estamos enfrentados " con un a necesidad a vida o muerte no solo de encontrar nuevos métodos técnicos de supresión de esta planta o aquel animal": sino que necesitamos el conocimiento básico de la población animal y sus relaciones con el medio ambiente, lo que " proporcionará el equilibrio y reducirá el explosivo poder de las erupciones y de nuevas invasiones"." Rachel L. Carson, La Primavera Silenciosa, 1960
Las consecuencias de un uso continuo y desaprensivo de los plaguicidas, junto con la ausencia de aplicación de las normas de prevención, han determinado la aparición de una serie de problemas que al profundizarse inciden directa o indirectamente en la salud de los seres humanos
La gente que entró en contacto íntimamente directo con el DDT sin sufrir perjudiciales efectos, porque el DDT en forma de polvo no es absorbido rápidamente por la piel. Disuelto en el aceite es declaradamente venenoso. Si se traga es absorbido por el aparato digestivo y también puede ser absorbido por los pulmones. En el cuerpo se almacenan las cápsulas suprarrenales, los testículos o glándulas tiroides. En cantidades relativamente grandes se depositan en el hígado y en los riñones, una mínima cantidad puede proporcionarnos enormes cambios en el organismo.
Tal es el caso de pequeñas cantidades de plaguicidas se mantienen almacenadas y solo se expulsan lentamente, la amenaza de envenenamiento crónico y cambios degenerativos en el hígado y otros órganos es absolutamente real.
El almacenamiento en los seres humanos ha sido investigado y sabemos que el termino medio de la gente esta almacenando potencialmente cantidades peligrosas.
Una de las más siniestras características del DDT y sus derivados químicos es la manera con que pasa de un organismo a otro a través de todas las trabazones de la cadena de alimentos.
Por ejemplo, los campos de alfalfa se espolvorean con DDT; después se prepara la comida para las gallinas con esa alfalfa; las gallinas ponen huevos que contienen DDT; sirve de alimento a las vacas; el DDT reaparecerá él la leche y él la mantequilla elaborada con esa leche.
El veneno también puede ser transmitido por madre a su descendencia. Residuos insecticidas se han hallado en la leche humana en muestras comprobadas por los científicos de la administración de alimentos y droga. Esto significa que el niño alimentado al pecho de la madre recibe pequeñas, pero regulares dosis añadidas a la carga de productos químicos tóxicos recogidos por su cuerpo; hay buenas razones para creer que esto comienza mientras esta en el seno materno. En experimentaciones con animales, hidrocarburos clorados atraviesan libremente la barrera de la placenta, el escudo protector del embrión y las sustancias dañinas del cuerpo de la madre.
El clordano , otro hidrocarburo clorado, tiene, como todos, los desagradables atributos del DDT más unos cuantos que son de su peculiar propiedad. Sus residuos son largamente persistentes en la tierra, en los restos de alimentos o en la superficie de los cuerpos en que pueden ser aplicados, aunque son también completamente volátiles, y el envenenamiento por inhalación es un peligro definido para cualquiera que lo maneje o se exponga a ellos. El cloro utiliza cualquier forma de entrada al cuerpo humano. Atraviesa fácilmente la piel, se respira como vapor y, desde luego, es absorbido por el aparato digestivo se tragan sus residuos. Sus depósitos crecen en el cuerpo en forma acumulativa.
Un farmacólogo muy experimentado ha descripto al cloro como (uno de los de los más tóxicos insecticidas cualquiera que lo manipule puede envenenarse.),Esta advertencia no ha sido tomada al pie de la letra.
Las toxinas pueden dormir largo tiempo en el organismo y hacerse manifiestas meses o años después en un oscuro desorden que hace casi imposible seguir la pista de sus orígenes. Una víctima que accidentalmente derramo sobre su piel una solución mostró síntomas de envenenamiento a los 40 minutos y su fallecimiento tuvo efecto antes de que pudiera conseguir ayuda facultativa.
Los percloruros derivados del cloro se expanden como formulas separadas; tienen una capacidad especialmente alta para almacenar en la grasa. Si la alimentación contiene una cantidad tan pequeña de como 1_10 micrones, habrá proporciones apreciables del heptacloro en el cuerpo. Este tiene asimismo la curiosa propiedad de transformase en otra sustancia conocida como heptacloro epóxido. Esto lo efectúa en la tierra y en los tejidos, tanto en las plantas como en los animales Pruebas en pájaros han indicado que el epóxido que resulta de este cambio, es alrededor de cuatro veces más tóxico que el cloro.
A mediados del 1930, fue descubierto como causante de hepatitis un grupo especial de hidrocarburos: la naftalina clorada, origen también de una poca corriente y mortal enfermedad del hígado entre personas sometidas a su contacto por el trabajo. Este producto ha conducido a enfermedades y muerte de trabajadores de industrias químicas y recientemente en agricultura, ha sido considerado como causa de una misteriosa y generalmente fatal enfermedad del ganado vacuno.
De tales antecedentes no
es de extrañar que tres de los insecticidas que pertenecen a
este grupo estén comprendidos entre los
más violentos mortales de todos
los hidrocarburos.
Son estos el Dieldrin, el Aldrin, y el Endrin.
El Dieldrin, es alrededor de 5 veces más tóxico que el DDT cuando se traga, pero 40 veces más tóxico cuando es absorbido por la piel en una solución. Es notorio que hace efecto rápidamente y con terribles síntomas en el sistema nervioso, donde provoca convulsiones. Como los de otros hidrocarburos clorados, esos efectos incluyen graves daños en el hígado. La larga duración de sus residuos y lo efectivo de su acción, hace del Dieldrin uno de los insecticidas más usados hoy día, a pesar de su lamentable destrucción de la vida salvaje que ha seguido a su empleo.
Existen lagunas en nuestro conocimiento acerca de como el Dieldrin se almacena o distribuye en el cuerpo o es excretado, porque la ingenuidad de los químicos inventando insecticidas ha corrido, desde hace tiempo, mas que el conocimiento biológico respecto a la manera a la manera con que esos venenos afectan al organismo vivo.
Los efectos del DDT, en los
organismos que no son plagas además de la muerte, se relaciona
principalmente con problemas de reproducción, específicamente
de las aves, ya que ya que un efecto característico del DDT y
sus derivados es provocar el adelgazamiento de las cáscaras de
los huevos, las cuales se vuelven vulnerables y ante cualquier
presión por mínima que sea se rompen. Esto fue comprobado en
zonas donde se había rociado DDT y luego se llevó a cabo en
aves confinadas en laboratorios obteniendo los mismos resultados.
Por lo tanto si bien los organismos adultos de aves depredadoras
soportaban la concentración de DDT que ingerían al devorar
roedores herbívoros, no podían reproducirse puesto que se
alteraba su metabolismo y fallaban en la producción de las
cáscaras de sus huevos. Los insectos que se reproducían en gran
cantidad, lograron resistencia de una generación a otra, en
cambio las aves, no. Y el DDT se siguió acumulando
concentrándose cada vez más de eslabón en eslabón por eso los
más perjudicados fueron los consumidores secundarios o
terciarios, es decir los depredadores que estaban en la punta
final de esa cadena.
En cualquier población de insectos (conjunto de individuos de una misma especie) existen miembros capaces de volverse inmunes a las dosis normales de plaguicidas. Estos presentan en su constitución genética componentes (genes) que les permiten descomponer o incluso vivir en ambientes con altas concentraciones de plaguicidas. Esta información - de vital importancia para la vida - es transmitida de padres a hijos de tal manera que al poco tiempo, según la capacidad de reproducción de la especie, toda la población se torna inmune.
Esta situación desencadena en dos estrategias altamente contaminantes:
a.1) Elevación de la dosis de aplicación.
a.2) Recambio por productos más tóxicos.
Además de potenciarse para producir una mayor cantidad de intoxicaciones agudas y crónicas, ambos comportamientos se sinergizan para producir una mayor resistencia de los insectos, reforzando así aquello que se deseo combatir.
Hábitat de la fauna silvestre e interrelacción humana
La relación con el ambiente cambió con la aparición de la agricultura intensiva. Especies invasoras se introdujeron junto con los cultivos y desplazaron a la fauna autóctona. También muchos animales fueron cazados por tener fama de plagas de la ganadería y la avicultura (pumas, gatos monteses, zorros). Las lechuzas y los búhos tuvieron que soportar ser pájaros de mal agüero y mucha gente los destruía por esto.
Donde el hombre se establece, ya sea para limpiar campos para agricultura o ganadería, la mayor parte de la fauna autóctona desaparece o es relegada a zonas no accesibles, bañados, riveras de ríos, etc.
Algunos animales, especialmente los pequeños mamíferos como los roedores se ven beneficiados por la presencia humana, ya que se alimentan de sus desperdicios, entonces donde se acumula basura, más crecen sus poblaciones. Al crecer las poblaciones de ratones silvestres por que no tenían la cantidad suficiente de depredadores, éstos se acercaron al hábitat del hombre, donde, si bien eran herbívoros, tenían comida asegurada, en los graneros y las trojas donde guardaban sus granos.